Autor: Luis E. Correa B.
Hace apenas unas pocas semanas el ex candidato a la
presidencia de Venezuela Henrique Capriles, estuvo visitando nuestro país. Una
visita fugaz que no tiene otro matiz que el de cumplir con tres objetivos
claves a tener en cuenta dada su prioridad: afectar las relaciones de Colombia
con Venezuela, impulsar la actividad política internacional de Capriles y, de
manera indirecta, impulsar la estrategia Uribe. Veamos cada uno de estos
matices de manera más amplia.
En primer lugar las relaciones Colombia con Venezuela
que el presidente Santos había logrado prácticamente normalizar con el
presidente Chávez, ahora están deterioradas por la visita de Capriles a Bogotá.
Tanto el presidente maduro como su canciller han visto con malos ojos esta visita y han calificado de
traidor al presidente santos, alegando que ahora se está apoyando a la derecha
venezolana para derrocar el gobierno chavista elegido democráticamente.
Adicionalmente, el canciller venezolano llamó al embajador de Venezuela en
Bogotá, para que rinda un informe acerca de lo acontecido; pero como si esto
fuera poco, se decidió retirar el apoyo venezolano al proceso de negociación de
la paz colombiana que se adelanta en la habana Cuba.
Desafortunadamente, las apresuradas medidas tomadas
por Venezuela con respecto a Colombia por la visita de Capriles deterioran
fuertemente las relaciones de nuestro país con el hermano pueblo de Venezuela,
las cuales iban por buen camino. Ahora falta ver que va a pasar con los
aspectos comerciales que son los más afectados debido a que Venezuela es el
segundo comprador más importante de Colombia. Aunque el presidente Colombiano
afirmo públicamente que iba a manejar la situación diplomáticamente, las
relaciones ya están enturbiadas y su normalización no va a ser fácil de conseguir;
menos aún con un gobierno Venezolano que despierta muchas dudas y que al no
lograr la estabilidad política en Venezuela necesita una cortina de humo para
distraer la atención y que mejor que la visita Capriles a Bogotá.
En segundo lugar se puede ver que la estrategia de Capriles,
el más interesado en desestabilizar el gobierno de su país, al no reconocer su
derrota en las urnas y haber logrado el inconformismo nacional venezolano,
ahora busca su inestabilidad en el exterior no solo con los venezolanos que han
dejado su país sino con los gobiernos amigos como el Colombiano.
Desafortunadamente, su estrategia está teniendo resultados favorables para él,
pero negativos para nuestro país y para nuestro presidente Santos, por la
inmediatez del gobierno de Venezuela, su inexperiencia en la lides políticas y
por su falta de credibilidad entre su pueblo.
Por ahora, hay que esperar como va a manejar el asunto
el presidente santos quien ha manifestado públicamente que lo hará por la vía
diplomática. Esperemos que el impase se
pueda manejar de la mejor manera para los dos países y los dos gobiernos. Es lo
mejor.
En tercer lugar no se puede desconocer, y es bien sabido
por todos, que el excandiato opositor Capriles ha tenido contactos con el ex
presidente Álvaro Uribe desde instantes previos a las contiendas electorales en
Venezuela. Conocido su manifiesto inconformismo con el gobierno del presidente Santos, muy probablemente esta visita de Capriles a Bogotá de alguna manera acentúe las discrepancias entre entre Bogotá y Caracas.
Por ahora solo hay que esperar la respuesta de nuestro
presidente Santos, quien ha demostrado que no está dispuesto a dejarse embaucar
en manipulaciones políticas de ex presidentes y políticos que lo único que
buscan es beneficios particulares para ellos y que han demostrado por sus
discursos y hechos que no les interesa la estabilidad entre dos pueblos
hermanos como son los Venezolanos y los colombianos.
Por otro lado, el presidente Santos ha demostrado una
gran madurez política, y de manera muy inteligente, ha sabido esquivar las
agresiones que contra su gobierno ha querido de manera continua realizar la oposición y sus seguidores políticos.
Confiemos que el impase político no trascienda a
mayores cosas y que todo vuelva a la calma por el bien de los dos países. Que
las relaciones entre los dos pueblos hermanos se vuelvan a normalizar y que se
afiancen aún más los lazos de amistad, diplomáticos y comerciales, que es lo
mas importante a la larga.
Como corolario de la situación coyuntural que se está
viviendo, es bueno que los dos pueblos no se dejen embaucar en lo que la
historia de la patria nos enseña como la patria boba; en donde los políticos
aparentando defender violación de derechos y atropellos contra la población lo
que están haciendo es manipularla para sacar provecho propio y después darse
palmaditas de amistad y buenos deseos. Amanecerá y veremos.
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